martes, 7 de octubre de 2014

Mala suerte

Hay quienes dicen que no existe la suerte, otros; que uno debe buscarla. Yo soy de esos. Explicaré como se puede buscar la suerte con una analogía: En el fútbol hay algo que se llama centro-shot, una jugada llena de picardía que requiere gran rapidez mental. Funciona de la siguiente manera: El jugador que lleva la pelota desborda por la banda pero ve que en el área hay demasiados rivales y pocos compañeros como para lanzar un centro por aire y tampoco puede rematar directamente a gol por su ubicación lejana al arco. He ahí que nace esta fantástica jugada, el jugador que lleva el balón golpea de tal forma que este no se levante del suelo y cruce el área de manera paralela al arco. ¿Por qué? Para que rebote en alguna pierna, ya sea rival o aliada y por consecuencia logre entrar al arco, la resistencia del arquero es prácticamente nula debido a la cercanía con su pórtico. Eso, es buscar la suerte. Que por azares del destino logre entrar, como sea.

Me gusta creer que si uno busca la suerte esta llega, pero este año ha sido todo lo contrario; bueno, salvo algunas excepciones.

Todo empieza mal en el verano, llevaba un feliz pololeo y me tuve que ir al norte por capricho de mi mamá, estaríamos separados un mes. " Será sobrellevable ", pensé; pero nada de eso, todo iba cada vez peor. Pasó mi cumpleaños y las discusiones fueron cada vez más frecuentes, pero por banalidades, nimiedades que nunca se nos habían pasado por la cabeza, serían motivo de peleas. La distancia, el mal internet y la mala señal; las constantes salidas con nuestras respectivas familias cada vez nos dejaban menos tiempo para hablar, parte fundamental de toda relación. Hasta que un día se rebalsó el vaso, luego de aguantar y comprender discusiones vacías por que se sentía insegura llegó una que no pude dejar pasar: Le hice una broma como esas que siempre hacíamos y se enojó de tal forma que se fue a acostar y dormir, a las 8 de la noche. Toda esa noche intenté darle una explicación, justificar su actuar pero no fue posible. Estábamos enojados uno con el otro por una estupidez. Al otro día me habló para pedir disculpas pero fue tanto mi análisis la noche pasada que no pude aceptarlas al 100. Cada vez que pensaba en el momento actual de nuestra relación quería terminarla. Hasta que me decidí, ya no tenia ganas de darle cariño o salir con ella, o si quiera hablar. Quería estar solo. Nos juntamos en el Bellas Artes un 4 de Marzo y terminamos, 8 meses que quedarán siempre en mi memoria, bueno excepto el último mes porque no vale la pena recordarlo.

A veces pienso que fue errada mi decisión pero la mayoría del tiempo me quedo con que fue lo correcto, no merecía que no le devolvieran el amor que daba. Se lo que se siente eso.

Pasé todo el mes siguiente tratando de reponerme, no porque sufriera sino porque no sabia que hacer. La guitarra fue mi mejor aliada ese mes, que era el último de vacaciones antes de entrar al preu, en Abril.

Aqui empieza otra historia, mucho más difícil. Luego de haberle dado un beso a una ex que vive en mi departamento (si, la veo casi todos los dias jaja) entraba al preu con la nula intención de conocer alguna chiquilla con la que pudiese haber algo. En los tres cursos habían algunas que me llamaban la atención pero no que me mataran.

Así fue que en historia una me empezó a hablar, de la nada. No estaba muy interesado pero por mi naturaleza le seguí el juego. De a poco, me empezó a coquetear a lo que yo respondí. La cosa es que nos juntamos y pasó lo que tenia que pasar; lo curioso es, que en el minuto nos arrepentimos del suceso. Ninguno de los dos estaba realmente listo, cuento corto; dejamos de hablar por un tiempo y luego quedamos en hacernos los huevones y decir que nada pasó. Otro gol en contra, llevaba dos y de local. La vuelta sería bastante difícil.

El año transcurría sin muchos sobresaltos, conocí a un par de personas más que me cayeron bastante bien. Ahora es que vendría el partido de vuelta, sin saberlo en realidad: Llegó Agosto y una amiga me dejó de hablar de la nada, el Lucas (una amiga muy simpática) me insistía que yo le gustaba. Era imposible, llevaba un pololeo de 2 años y 7 meses, creo; no me acuerdo. Si, es la misma de mi primer escrito. Si la leyó, sabe la historia; sino, léala. Lo hablamos y efectivamente, sentíamos cosas el uno por el otro. La cosa es que había hecho 2 goles de visita y el partido se veía totalmente ganable. Mi año empezaba a arreglarse, tenia a alguien que realmente me gustaba y muy cerca de concretar algo. Bueno, ya saben el resto; gol en contra al minuto 95 y pa' la casa. Todo volvía a ser como siempre, una vuelta a la realidad que dolió bastante no por el hecho de volver sino por el como.

Había que reponerse de nuevo, como siempre. Así fue que empecé o volví a hablar con alguien a quien conocí a principio de año pero por diversas situaciones dejamos de hablar. Es curioso como de la nada todo vuelve a tomar forma. Hoy por hoy, me di cuenta que no necesito a nadie; aunque a veces lo piense. El año parece tomar un curso definitivo al final, con una tocata en Noviembre y la PSU en Diciembre (ojalá lo astros se junten y me ayuden jaja).

La suerte existe, así como la mala suerte. No sé cual de las dos me gusta más, solo sé que una es consecuencia de otra. Juzgue usted cual es cual. Espero que la mala suerte no me acompañe en la PSU o en el resto del año y que por fin encuentre lo que tanto busco: Un poquito de buena suerte.

" Un golpe de suerte, i'm waiting awake ".- Lucho Jara.




martes, 16 de septiembre de 2014

¿Por qué es así?

Necesitaba descargarme, los días pasan y sigo con la bala pasada. Ella hace todo lo posible por pasarla bien, y yo todo lo posible por olvidarla. Suena a canción mala de Arjona, pero es así; en 5 meses conocí a alguien tan igual a mi, igual de pesada, con el mismo sentido de humor, con las mismas mañas, casi todo. Eramos iguales excepto en una cosa, solo una, ella sí y yo no. Con el sí me refiero a sí, estaba atada.

Da igual, la buena onda siempre estuvo. El problema es que ahora, de un momento a otro no está; y es curioso que tan solo 30 segundos destruyeron 5 meses. No sé que conclusiones sacar, en realidad no sé si hay conclusiones ya que solo espero que volvamos a cruzar un hola, ¿cómo estay?

Lo bueno es que sé que nunca leerá esto, quizás me odie más aún. Aunque quizás no me odia, ya lo ven: no sé nada de lo que le pasa hoy por hoy. Solo sé que me gusta y hago lo imposible para demostrarme que no es así. Qué puedo decir, soy masoquista.

El dilema nace porque nunca fue políticamente correcto que nos quisiéramos de otra manera, con no cariño, o que nos abrazáramos mucho, o que hablásemos hasta las 5 de la mañana, o que saliéramos al patio de comidas de Bandera a comernos un completo del Dominó y hablásemos hasta las 7 de la tarde, y vieras tu teléfono con 20 llamadas perdidas. Que importaba, es más bonito cuando se hace lo que se quiere, se pueda o no.

Tantas cosas podría decir, siempre te molestaba que pensara demasiado; o ''filosofara'', o pensara solo en fútbol. Que te molestaba contarme tus cosas, porque aunque no querías hacerlo terminabas haciéndolo igual. Que me gustaran los Red Hot. Que no me pusiera hielo cuando llegaba herido de mis partidos. Que te discutiera sabiendo que no ibas a perder. Siempre te han molestado más cosas de mi, que a mi de ti.

Me acuerdo cuando pensé que me pasaba muchos rollos, y de pronto, me dijiste que en realidad sentías lo mismo por mi que yo por ti. Fui tan feliz esa semana. No te imaginas cuanto, pese a que no significaba nada en realidad. Fui tan o más feliz que esa tarde en Moneda, cuando te asusté, cuando pasamos por al lado de un vagabundo que te dio miedo, o al lado de ese cabeza de músculo que andaba con musculosa, valga la redundancia, bajo un clima de 5 grados, o al lado de esos flaites que se asombraron con la puerta que se abría sola. Fue tan bonito ese día, lo caminamos entero abrazados, y lo repetiría de principio a fin, sobre todo cuando nos despedimos en el metro.

Quería solo esto, descargar todo lo que siento. Siento pena, decepción, quizás un poco de rabia pero te entiendo, mucho en realidad. Yo tampoco cambiaría carne por charqui, aunque el charqui esté mejor preparado. Solo desear que no te vuelva a pasar con alguien más, así me sentiría un poquito más único. Yo y mi egocentrismo desde acá te deseamos lo mejor.

Que risa cuando me corregiste el primer día de clases, o segundo, en matemáticas. En Abril. De ahí no paramos de hablar. Bueno, hasta ahora.

'' Dos paseantes distraídos han conseguido que el reloj de arena, de la pena pare. Que se despedace. Y así seguir el rumbo que el viento trace. '' - Jorge Drexler